RIP - ¿Que descanse en paz?
Es una frase prestada del mundo religioso. Se utiliza para expresar el deseo que se siente por la persona que se nos fue: Que Carol encuentre una paz para su alma… y el descanso final de los dolores y penas de su jornada terrenal.
Aparece la frase en el modo subjuntivo. No es una declaración simple como: “Carol descansa en paz.” Al contrario, es la expresión de un deseo: “esperemos que Carol encuentre esa paz.” ¿A cuántas personas diciendo “que descanse en paz” se requerirán para mejorar la situación de Carol en la eternidad?
No es una frase apropiada, particularmente en el caso de alguien como Carol.
Uno de sus dichos favoritos ha sido: “Podemos confiar en Dios.” La base de esa confianza es más sólida que la cimentación de una casa. En el evangelio de Jesucristo, no cabe ninguna duda: Nada de lo que hacemos nosotros sirve para salvarnos; una vez en Cristo, nada de lo que hacemos—o no hacemos—le mueve a Dios a sacarnos fuera.
Jesús dijo…
“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no lo echo fuera.” (San Juan 6:37 RVC)
Mucho sucede cuando venimos a Jesús. Carol se entregó a Jesús de niña. Se hizo más plena su entrega en sus años de universitaria. Es cuando se dio cuenta de cómo “Jesús, Señor de mi vida” debía verse. Y allí está el fundamento de Milton y Carol como misioneros en Japón… luego sus últimos 8 años en Okinawa.
El mismo criterio le sirvió a Carol para casarse con un tipo raro como yo en 2018. Ambos habíamos vivido lejos de nuestra tierra natal por las mismas 2 razones: 1) Jesús es Señor. 2) El dijo, “¡Vayan!”
“Jesús se acercó y les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” (Mateo 28:18-19 RVC)
Antes de casarnos, encaramos nuestra situación con realismo. La probabilidad de muchos aniversarios de boda era un tanto menos para nosotros que para una pareja joven. Así que determinamos: fueran 2 días, 2 meses, o 2 décadas, a nuestro Señor lo alabaríamos y le daríamos las gracias.
“Bien sabemos que si se deshace nuestra casa terrenal, es decir, esta tienda que es nuestro cuerpo, en los cielos tenemos de Dios un edificio, una casa eterna, la cual no fue hecha por manos humanas.” (2 Corintios 5:1 RVC)
“…para que lo mortal sea absorbido por la vida.” (2 Corintios 5:4 RVC)
De esto se ha tratado la vela de las últimas semanas. Lejos de angustiados, o desesperanzados o amargados… alzamos la cabeza, nos levantamos las manos palmas arriba, y repetimos una frase japonesa favorita de Carol: “Humilde y agradecidamente lo recibimos.”1
RIP - ¡Descansando en Paz!
謙虚に、そしてありがたく受け取ります
Kenkyo ni, soshite arigataku uketorimasu
Reciba con humildad y gratitud