Ultimas noticias de Greg y Carol…
Ha pasado mucho tiempo desde mi última comunicación. Ya es tiempo de compartirles algo… sobretodo para que no se oxide demasiado mi español… jeje.
Noviembre del año pasado hasta hoy… durante los primeros meses después de su infarto cerebral, no creía que Carol aun estaría con nosotros. Actualmente se encuentra estable y casi siempre sin dolores. Desde que se iniciaron los cuidados paliativos (hospice care) hace 4 meses, descansa mejor. Vive entre la cama y el sillón en su cuarto, totalmente dependiente de los demás para todo. Ya ni en silla de ruedas aguanta por falta de fuerzas.
Cuenta con cuarto privado y un cuidado excelente con mucho amor. Nos hemos encariñado con la familia que la cuida. Son originarios de Romania. Convivir con ellos me da mucho sentimiento pues me siento en casa, como entre mis hermanos mexicanos. Se llaman Calín y Antonina (le dicen Nina) Poraicu - las vocales se pronuncian igual como en español.
Carol, aunque muy débil, sigue siendo Carol al 100%. En los ratos que está despierta platicamos. Ella habla poco. Pero no es por falta de palabras, sino por falta de fuerza para sacarlas. Cuando dice algo, siempre demuestra que ha seguido perfectamente la plática. El otro día le cité un pasaje de la Biblia, según yo, en Romanos capítulo 13. Abrió un poco más los ojos y se esforzó a decirme, “No… es Romanos 14.” Tuvo la razón.
Ayer fue distinto. Dormitaba como de costumbre. A veces dice cosas sin sentido como que aun está soñando. Pero esta vez despertó diciendo, “Todo lo que necesito es amor. Todo lo que necesito es Jesús. Todo lo que necesito (sonrisa) es Greg.”
Pasó otro rato y comenzó a susurrar en oración: “Señor, manten a mi esposo cerca de ti. Señor conforta a mi familia… mis hijos, mis nietos… y bisnietos.”
Vivimos confiados en nuestro Salvador, quien nos ha envuelto en su amor y la plena certeza de lo que hizo por nosotros para prepararnos una eternidad en su presencia.
Al terminar con esta carta, espero seguir con mi rutina matutina. Quiero salir a hacer unos kilómetros de ejercicio junto al Río Columbia que es la frontera entre los estados de Oregon y Washington. Luego, me preparo un buen desayuno, seguido de una buena siesta antes de ir a ver a Carol nuevamente.
Mi corazón y mis oraciones con Uds. siempre…
¡Abrazos!