23SEP24 - Hace un año que Carol fue llamada a estar con Jesús.
Tal vez, a mi no me afectan tanto las fechas como a otras personas. Sin embargo, no quería dejar pasar este día sin declarar nuevamente mi profundo agradecimiento a Dios por Carol.
No esperábamos que nos tocara la bendición de volvernos a casar. Esa interrupción inesperada en nuestras vidas se convirtió en un espacio de 6 años de camaradería y compañerismo profundo en Cristo—un regalo de nuestro Dios bondadoso.
Extrañar es normal. Extrañar con una sonrisa serena es mi nuevo normal. La sonrisa se ha de deber—al menos en parte—por la esperanza que ambos compartíamos de volvernos a ver en la presencia de Dios para siempre.
“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” (Romans 8:18, RVR60)
“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Romans 15:13, RVR60)